Nació mi madre un 10 de enero de 1922 y mi abuelo decidió plantar dos pinos en el jardín para celebrarlo.
Crecieron erguidos, hacia el cielo , elegantes como dos cipreses.
Los días de viento, sus ramas se balanceaban emitiendo sonidos de lamentos, peligrando la fachada o el tejado, mientras sus raíces gordas y torcidas invadían el terreno cual monstruos marinos.
La familia se fue marchando de este mundo , pero los pinos decidieron quedarse , dinosaurios custodiando las huellas humanas.
El 19 de julio del 2023, un huracán arrancó de cuajo los dos pinos, quebrando sus viejos troncos ,obligándoles a derrumbarse.
Julio, siempre fue el referente de Violeta, hombre sensible , soñador ,coleccionista de nubes y mariposas inculcó la belleza a Violeta, tardes ensimismados dibujando con la mirada figuras en el cielo , y recitando algún verso popular, logrando evadirse del tedioso ambiente .
Ella siempre lo recordaría con melancolía.